viernes, mayo 07, 2010

La Formula para que el León ascienda a primera.

Llevo un par de días intrigadísimo por la situación que atraviesa el equipo León. De verdad. Y no es que sea fanático de los esmeraldas. Ni siquiera me gusta el futbol. Pero como decía, me intriga sobre todo el fenómeno repetitivo, periódico y constante que está sufriendo. Es sumamente complicado de entender y por eso me he dado a la tarea de analizar a profundidad y con seriedad el asunto. Porque ¿Cómo es posible que año con año haga exactamente lo mismo?. Es como si estuviera en la isla de Lost.

Análisis profundo y serio. Retomo entonces las clases del gran maestro Wenceslao Oñate, reconocido catedrático leonés que impartía la clase de “Probabilidad y Estadística” y cuyas enseñanzas nos pueden guiar a encontrar la solución al enigma. Eran problemas muy sencillos, para agarrar práctica más que nada. Como el clásico: Considerando que un avión que pesa 12.347 toneladas y viaja en una trayectoria hiperbólica desde Londres hasta el Benito Juárez recorriendo una distancia de 8,943 kilómetros, a una velocidad de 835 km/hr en promedio a una altura de 6,000 metros, tomando en cuenta que entre tripulación y pasajeros viajan 93 personas de diferentes edades y que su peso promedio es de 80 kg (debido a la obesidad infantil), y sin considerar nubes volcánicas en Islandia, la pregunta es ¿Qué película pasan durante el trayecto?

La resolución analítica de esos problemas cultivó en mi una incesante búsqueda de la síntesis de la realidad resolutiva. Respuestas amigos míos, respuestas ante fenómenos que no se explican más que con un método. Y no, como muchos creen, en discusiones frente al presidente (con coca cola y agua mineral).

Las probabilidades de que el León cada año quede en segundo lugar son muy escasas. Pero el fenómeno existe, ahí está, y se repite año con año. ¿Qué es lo que pasa?. Analicemos, que aunque sea yo un neófito del futbol, tengo las bases teóricas que me enseñó Wenses.

Los elementos y factores a analizar son demasiados, pero hay que tratar de abarcarlos todos si queremos encontrar una respuesta. Empecemos por el espacio. La ubicación del estadio. ¿En qué colonia está? ¿En la Azteca? ¿Bugambilias? ¿La Martinica? ¿El Centro? Si consideramos que está en la Martinica podríamos encontrar fácilmente el motivo de su maleficio. Ya que hay un estadio con el nombre de “La Martinica” y que le pertenece al Unión de Curtidores. Que en una justa comparación, los Esmeraldas son al Sevilla lo que el Curtidores al Betis. O aún peor. Porque finalmente el León vendió hace unos años al Curtidores, y nada menos que al Puebla, que es un equipo de futbol que sólo sirve para evocar el compañerismo psicotrópico y para acordarse de la ultima final victoriosa en primera división. Hace poco escuché que querían construir un estadio nuevo. Eso en tiempos de crisis como la que atravesamos no es muy prudente.

El color de la camiseta es otro factor a analizar. Verde. El verde es el color de la esperanza. Mientras siga siendo verde los leoneses no tendrán más que esperanza en subir a primera. Hay que buscarse a un buen diseñador de moda para hacer un uniforme nuevo. Ahora que viene un mundial tan globalizado (Tanto que lo van a hacer en el tercer mundo más tercermundista, que dicen que ni estadios hay) y al que México llegó apenititas, habrá que fijarse en los diseñitos. Sobre todo en los de las selecciones de Sudáfrica, Ghana, Nigeria, Argelia, Camerún y Costa de Marfil, que son países que también huelen a tenería y que tienen al León, como especie autóctona natural protegida, y cuyo nombre científico es Panthera Leo.

La alineación, dirección técnica y los dueños del equipo son variantes que precisamente, han variado. Por lo que no se considerarán en el análisis.

Dentro del recinto se han consumado eventos de diferentes naturalezas a la que en principio está construida. Conciertos de Viva la Gente, Juanga, Misas de los testigos de Jehová… Quizá haga falta conmemorar alguna otra cosa ahí dentro, algo que le de buena vibra o una mejor suerte al recinto. Otro conciertito de Santana no estaría mal. Un rodeo o una carrera de motocross dejarían el pasto inutilizable, quizá solo para otro concierto de Santana podría servir. Le falta una obra de teatro. Pero no se les ocurra representar a un Brecht. “Cats” o “El Rey León”, que aparte de ser muy conocidas son musicales y eso a la gente le gusta. De reparto yo propondría a Carlos Turrubiates como Simba, Ze Roberto que haga Pumba (referencia onomatopéyica a lo que hizo en los genitales del jugador del puebla en la final del 92), Tita de Timón y a Carlos Hermosillo interpretando a Mufasa.

Ya que tocamos el tema nos podríamos enfocar en el factor semiótico. Y es que “los Esmeraldas” suena a que están esperando a que un jorobado se descuelgue de un campanario y los rescate de los infiernos de la segunda división. Habría que buscar en la geología alguna otra piedrita que le de más personalidad al equipo. Los “cuarzos” por ejemplo, que dicen que tienen un montón de energía positiva y buena onda.

Otro factor determinante es el místico, y mascarita sagrada, que son mis favoritos. Y hasta al Rey Misterio… pero no estoy hablando de ese misticismo, sino del otro, el que, como su nombre lo dice, está construido a partir de mitos. Y qué mejor mito que el del Fénix para representar el ascenso, desde las cenizas. Pero el equipo León por si mismo sería más un Apolo encadenado que un pajarraco en llamas. El León hizo un sacrificio sangriento y despiadado hace más de 10 años y lo que necesita es redimirse, expiar sus pecados. Aparte de ya tener un templo expiatorio ahí cerquita y nuevecito, necesita ponerlo en práctica. Para eso, necesitamos que el sacrificado sea venerado y reconocido, como en los finales de las películas gringas. El Unión de Curtidores. El Unión es el fénix que necesitan los esmeraldas. Ayudarlo a resurgir de las cenizas, dejándolo jugar en su estadio. Sino miren al Sevilla como lo está pasando, ahí solo en la primera división española, extrañando esos grandes derbis contra el Betis. Y es que la rivalidad entre Beticos y Sevillistas es, deportivamente, muy sana. Que te gane un desconocido es una cosa, pero luchar contra tu vecino, deportivamente hablando, es otra. Porque le tienes que ver la cara todos los días y estar al pendiente de sus movimientos. O en el mejor de los casos, que la economía mundial se recuperara, y que los presupuestos federales volvieran a ser los de hace un par de años y el León se pudiera construir un nuevo estadio, junto a la plaza mayor quizá. Y el camp nou dejárselo al Curtidores. Así también sabríamos que el terreno está en la Martinico, y si no es así, de todos modos se lo adjudicamos.

Entonces, la probabilidad de ascender sería que “Los Cuarzos” de León, los del uniforme de camiseta amarilla, calzoncillos rojos y medias verdes, jugaran en el estadio del “Campestre”, que cuente en su junta directiva con el Mtro. Arturo Osornio Cuadros, José Luis García-Galiano, Alfonso Barajas Medina y como director de eventos paralelos a Armando Holtzer.

Yo creo que si, total, por intentarlo no pierden nada, cada año lo intentan de todos modos.

De lo único que estoy seguro es que es una película de Sandra Bullock, y que se acaba justo cuando uno va pasando arriba de Houston, esto gracias a Wenses, y al método por supuesto.

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